Salida septiembre - Casona de Lo Matta
Por Ricardo Correa Cruz
El pasado 26 de septiembre y como es usual último domingo del mes, nos reunimos los más aguerrido USK para salir a dibujar la casona de Lo Matta, casa colonial que al menos data de finales del siglo xvii.
Ese día, que debía ser primaveral, el clima nos jugó una mala pasada, llovió e hizo frío. Pero no por eso íbamos a dejar de ir, así es la primavera (CAPRICHOSA).
Les cuento un poco la historia de esta casa colonial, que a diferencia de muchos otros lugares la casa y sus chacras se mantuvieron intactas por casi 500 años y solo tres dueños. El primero un Español venido con Don Pedro de Valdivia (fundador de Santiago en el año 1542) En el siglo XVI: el 30 de agosto de 1546 el Cabildo entregó a Francisco de Riberos una merced de tierra de 200 cuadras ubicada al oriente de la recién fundada ciudad de Santiago, que había pertenecido al cacique Vitacura y que el español la utilizó para sembrar y plantar viñas y frutales. A su muerte, esta merced pasó a poder de su hijo, el general Alonso de Riberos.
A principios del siglo XVIII, la propiedad pasó a manos del capitán de marina francesa Luis de Caux, castellanizado Coo, y en 1793 la heredó su nieta Mercedes Coo Astorga casada con Antonio Martínez de Matta y Casamiglia. DE AHÍ EL NOMBRE ACTUAL DE LA CASONA. La pareja construyó una nueva vivienda a la manera de las alquerías españolas (Una alquería (del árabe: القرية al-qarīa, «pueblo, caserío») designa a una casa de labor, con finca agrícola, típica del Levante y sureste español, principalmente entre las provincias de Granada y Valencia. En la Edad Media hacía referencia a las pequeñas comunidades rurales que se situaban en las inmediaciones de las ciudades (medinas) en al-Ándalus. Desde el siglo XV cambió su significado de localidad por el actual, de un tipo de finca.) este modelo se introdujo en Chile en la segunda mitad del citado siglo.
Esta contaba con dos pisos independientes, gruesos muros de adobe, pilares en los corredores del segundo piso, una fuerte escuadría del envigado de pisos, doble hilera interior de pilares en la zona de las bodegas y todas las estructuras y elementos que caracterizan esa arquitectura rural adaptada al clima de la zona central del país.
En los años 1920 Mario González Díaz de Valdés, junto a su esposa Inés Tonkin de González, se dedicaron a conservar y restaurar las casas de Lo Matta, que fue visitada por personalidades como el príncipe Humberto de Saboya, el escritor Antoine de Saint-Exupéry (autor de El Principito) y el presidente de Francia, Charles de Gaulle.
La familia González Tonkin parceló gran parte del terreno en los años 1950, que al ser urbanizado formó un nuevo barrio en el sector de Vitacura.
En 1967, la Municipalidad de Las Condes adquirió la casa y la hectárea de tierra que la rodeaba, último remanente de la merced concedida en el siglo XVI a Francisco de Riberos, con el objetivo de conservarla y adaptarla para museo y centro cultural.
En 1970 el decorador Mario Matta Echaurren inició una restauración de la propiedad, pero su muerte, acaecida dos años más tarde, dejó inconclusa su labor. Algunos después, el deterioro de las construcciones llevó a la demolición de la mayoría de estas, quedando en pie solamente el sector del siglo XVIII.
Con el objetivo de evitar su total destrucción y motivar su recuperación, el 4 de mayo de 1984 el Consejo de Monumentos Nacionales declaró a Lo Matta Monumento Histórico.
El mismo año, la Municipalidad encargó al arquitecto Patricio Gross la restauración del edificio, quien recuperó las características propias de esta construcción colonial, eliminando las intervenciones posteriores.
La paisajista Marta Viveros fue la encargada de restaurar y recrear el tradicional jardín de Lo Matta, con sus paseos y árboles frutales.
Casas de Lo Matta fue inaugurada el 15 de septiembre de 1988 y diez años más tarde pasó a depender de la Corporación Cultural de Vitacura, que la convirtió en un espacio cultural que recibió a expositores consagrados y emergentes y montó diversas muestras de valor artístico.
Una nueva restauración comenzó en enero de 2009, que tenía como fines principales eliminar las termitas que habían atacado vigas y pilares, cumplir con la norma de diseño antisísmico de edificios y hacer que pudiera soportar a la gran cantidad de personas que transitan por ella. Las puertas de Casas de Lo Matta reabrieron el 3 de junio de 2010.
Esta es la famosa historia de la casa de lo Mattay de las tierras del Lonco Vitacura (o Butacura), jefe de una colonia inca dispuesta por el imperio del norte que había sido instaurada con fines administrativos.
Hasta la próxima salida
Ricardo Correa Cruz
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