CROQUIS DETRAS DE LAS CAMARAS
Por Erika Brandner:
Una tarde de mayo y la calle
parcialmente cortada. Gran cantidad de autos y congestión en una pequeña
calle de La Reina. Me pregunto el motivo cuando veo unos vagones
inconfundiblemente relacionados con la grabación de una teleserie o
comercial. No lo pienso dos veces, llego a casa y agarro mi kit mínimo
de croquis y parto a ver si puedo agarrar alguna escena, alguna cámara o
algo que sea distinto al típico entorno cerca de mi casa. Me instalo al
frente de la grabación y comienzo a croquear, una especie de collage de
distintas imágenes. Pocos minutos después se me acerca una chica que
coordinaba cosas: tráfico, gente, insumos. Y me pregunta qué hago. Luego
de mirar el croquis me invita al set. Pasé algunas horas croqueando y
me fui a casa a almorzar. Por la tarde agarré un kit de croquis no tan
mínimo y continué hasta que las grabación se terminó. Conocí gente como
técnicos, actores, distintos oficios y el tejemaneje de una producción
nocturna de un canal de televisión abierta. Pero los dibujos hablan
mejor de aquella tarde:
Durante esas horas lo que más me gustó dibujar fue a los camarógrafos. Las posturas, tan concentrados mirando el lente, se prestaban para una buena composición. Además las ropas, el pelo, el estilo de cada uno los convertía en un sujeto interesante al croquis. Con líneas de pluma de tinta fina para esbozar las formas y luego unos acentos con una pluma media y algunos toques de sombra con una caligráfica, el dibujo estaba listo en lo que filmaban una escena, unos pocos minutos. Y se movían siguiendo a los actores asi que ahi corría yo detrás de ellos. Se me pasó el tiempo volando.
Mi kit de acuarela mínimo consiste en una
pequeña cajita de dulces metálica que modifiqué al pegarle unos godets
de acuarela. Caben 6 y usé ocre, rojo veneciano, azul ultramar, celeste tipo cerulean y un magenta.......Por ello el colorido de los croquis no es exuberante pero se unen en armonía aunque no había tiempo de pensar o de componer esa armonía.
No me fijé mucho en la composición, era
tan rápido el croquear que no se podía. Este croquis del switch creo
duró unos 5 minutos y tal vez hasta menos. El switch estaba dentro de uno de esos carros-vagones y apenas cabían sentados los operadores y el director, una persona de pié atrás y yo, tratando de no molestar y con la espalda casi en la puerta.
Aprendí algo de cómo se realizan las
grabaciones, fueron varias horas muy entretenida y corriendo de un lado
al otro, si, corriendo, porque a veces podía molestar al salir en una
escena y debía correrme y otras donde para pescar una actividad tenía
que moverme rápido con los técnicos. Además aproveché de ver las
actuaciones, de vitrinear un poco, en todo el sentido de la palabra y de
conversar. Es entretenido el mundo que se vive detrás de una
producción. Uno ve en la televisión un mundo tan íntimo, dos personas
conversando por ejemplo y en la realidad habría unas….¿100 personas
alrededor? ¿Entre extras, técnicos, especialistas, maquilladores,
curiosos? la escena en realidad se vuelve pequeñita en contraste con el
gran espacio ocupado alrededor. Surgen bromas, chistes, anécdotas,
errores….es larga la sesión pero entretenida y todos muy amables
conmigo. Todos tomándole fotos con el celular a los croquis, fue
emocionante. Y al terminar, el director, que me dejó croquear dentro del
carro-switch que llevan, con un espacio mínimo donde yo de seguro
molestaba, al despedirse me dijo: te felicito por tu capacidad de
observación. Un tremendo halago….porque de eso se trata el ser dibujante
o no….un buen dibujante es un buen observador. Me fui a casa con la
croquera llena de vida, llena de experiencias nuevas, colores y
actividad. Una nueva lección aprendida, porque a dibujar se aprende asi,
dibujando.
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