Ventajas de una croquera formato viaje

Croquis de bolsillo en Viña Emiliana, Casablanca



“Ecología, Ecosistema, Biodinámica, Rudolf Steiner, ciclos de la luna...” palabras que trae la agradable brisa mientras avanzamos lentamente bajo el sol por un camino de tierra rodeado de bellísimas extensiones de pasto, árboles, un estanque con nenúfares y peces, salvias de abundantes flores moradas, gallinas con sus pollitos… mi vista recorre las filas interminables de vides, se pierde a lo lejos, sube por los cerros hasta un cielo suavemente celeste mientras palabras en diversos idiomas llegan junto con el viento. Estoy en la Viña Emiliana, en la localidad de Casablanca y mi “cosecha” fueron estos tres croquis. 

El primer croquis muestra a la guía dando el tour. Siguiendo al grupo decido hacer un boceto en esas condiciones, de pie y sin apoyo de la croquera. Para ello he traído una tipo librito, que se abre en 180º tamaño bolsillo Canson. Lo bueno es que cerrada ocupa poco espacio el que se duplica al abrirla y lo otro bueno es que no se pueden sacar las hojas en estas croqueras, convirtiéndose en un DIARIO DE VIAJE que es muy entretenido de revisar posteriormente, pues los dibujos van quedando cronológicamente archivados….(no tiene que ser esta marca ni este tipo, hay infinidad de croqueras y uno debe elegir la que más le acomode). 







La guía explica en inglés y en castellano que Emiliana es una viña orgánica y biodinámica. Esto significa que no utilizan químicos y siguen las directrices de Rudolf Steiner, volviendo a cómo cultivaban los antiguos, respetando los ciclos y los equilibrios de la tierra y rigiéndose por los ciclos lunares. Normalmente en ese momento los turistas pueden probar a qué saben las uvas de Sauvignon Blanc, Chardonnay o de otras cepas. Así fue al menos durante todo el verano. Pero estamos en abril y las uvas y su jugo hace ya rato que descansan en alguna planta tal vez en el valle de Colchagua…. La guía de la viña continúa el recorrido, enseñándonos cómo identificar una cepa sólo mirando las hojas. Mientras los turistas alemanes que guío y los otros visitantes siguen atentamente las palabras de la guía, ríen y toman, como siempre, innumerables fotografías. Palabras en alemán, inglés, español y portugués hacen olvidar que estamos en la Viña Emiliana, la viña orgánica pionera en el Valle de Casablanca, el valle más importante en la producción de vinos blancos de Chile. 

ORGANIZAR Y PRIORIZAR

Como dibujante uno se encuentra con sujetos detenidos observando (los turistas), sujetos detenidos gesticulando (la guía), sujetos moviéndose (mirando plantas, gallinas, girándose) o haciendo algo (tomando fotografías). Si simplificamos aún más, todos, excepto los que toman fotografías, están de pie y esta forma consta de la cabeza y el cuerpo, ambas verticales. Los que toman fotos no, estos forman un perfecto ángulo recto. Para ordenar visualmente el caos de estímulos que vemos, podemos decidir que vamos a hacer varias formas verticales y uno en ángulo recto, para darle dinamismo al dibujo. Luego, observamos lo que rodea a estas figuras. Dado que estamos en una Viña, queremos que quien vea nuestro dibujo entienda que estamos en una Viña y no en un campo cualquiera. Se arma una perfecta diagonal al ver el comienzo de las filas de plantaciones y esta diagonal usaremos, le dará realismo al incorporar la perspectiva y nos ayudará con la composición. El resto es ya “cosecha” de cada uno, para incorporar una palabra ad hoc. 

Cada persona, luego de ordenar esa simple estructura (al principio es difícil y lento pero luego se hace en cosa de segundos) decide qué recursos estéticos de dibujo utilizará y en este punto son importantes los medios. En mi caso, prefiero el lápiz a tinta pues no se puede borrar. Sí, puede sonar extraño, pero el saber que si uno comete un error lo puede eliminar hace que uno no sea certero. Es como lo que sucede con las cámaras fotográficas digitales: uno toma y toma fotos a veces sin enfocar nada, lo que salga. Antes, con las análogas, teníamos que mirar bien, componer, ajustar la cámara y luego disparar, pues sólo teníamos unos pocos rollos que salían caros de revelar. Lo mismo sucede con el dibujo y si bien me gusta el grafito, en una croquera se ensuciaría porque pasa por muchas manos que la miran y la goma solamente la uso en ARTE con el carboncillo, para “levantar luces” u otros trucos…

También utilizo el lápiz a tinta porque me gusta achurar y me agrada ese estilo de grabado antiguo que deja. Utilizo un lápiz a tinta desechable 0.1, en este caso fue un UNIPEN 0.1, pero he utilizado varios y todos más o menos sirven: Pitt XS, Faber Castell, etc…me fijo que la tinta sea permanente dado que a veces aplico acuarela encima y que sea libre de ácidos para que dure en el tiempo. 

El segundo croquis es de las simpáticas alpacas. Al ser una viña orgánica simulan un ambiente biodinámico, generando un ecosistema casi perfecto que una los tres reinos: vegetal, animal y mineral. Las alpacas pueden transitar por las viñas en invierno abonando el suelo y el dinero recaudado por la esquila de la lana va a fondos que se utilizan para el bienestar de los trabajadores. El estiércol de alpaca se conoce como Oro Negro dado que es una de los más nutrientes y se utilizan en la fabricación del compost que se dará a las plantaciones. 




El tercer croquis se realizó mientras los turistas aprendían y disfrutaban degustando los vinos, aunque eso está claro que es mucho mejor experimentarlo que dibujarlo....

Una croquera tamaño bolsillo por su reducido tamaño y peso nos permitirá llevarla a todos lados, documentar nuestro entorno y las cosas que nos suceden, convirtiéndose en un verdadero diario ilustrado.

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