El Rodeo de Fiestas Patrias en Pintué, Laguna de Aculeo

Por Erika Brandner


18 de septiembre, Día Nacional de Chile donde celebramos la creación de la 1a Junta de Gobierno en el año 1810. Aunque nuestra real Independencia tendría lugar 8 años después el 23 de Febrero de 1818, se ha celebrado el aniversario patrio en septiembre.
Este día y esta semana las tradiciones chilenas reviven y el pueblo chileno celebra en torno a la comida, la bebida, el baile y el “Rodeo” o “Deporte Huaso” de Chile.

La palabra “huaso” denomina así al vaquero chileno. Algunas fuentes indican que originalmente se escribía con G: Guaso….y que el término en quechua significaría rústico, tosco o grosero. Otros dicen que es una palabra tanto quechua como mapuche que quiere decir espalda o ancas, y que de aquí vendría la costumbre de los indígenas de llamar “huaso” a los hombres que veían sobre un caballo…otra explicación dice que viene del término “huacho” o mestizo de la época de la colonia.



La actividad del Rodeo se desarrolla en una “Medialuna” donde una pareja de jinetes o "collera" montada sobre caballos de raza chilena pura, deben arrear y atajar un novillo en tres oportunidades consecutivas sobre dos quinchas acolchadas, turnándose la atajada y la arreada. No sólo importa la atajada, sino también la postura del jinete y del caballo, el correr con gracia y naturalidad. Otros personajes importantes en el desarrollo de la competencia son el capataz, que mantiene el orden dentro del recinto; el delegado, máxima autoridad de la competencia; y el jurado, que otorga los puntos y vela por el cumplimiento del reglamento.

Este 18 de septiembre de 2015 fue para mí un día de campo, familiar y de Rodeo. Viajamos a la Laguna de Aculeo y luego de un buen asado con empanadas de pino caseras y un pequeño paseo para “bajar” tanta comida, fuimos al Rodeo de Pintué. La medialuna de Pintué se encuentra en un lugar bellísimo, rodeada de bosques de eucaliptus y amplias plantaciones en un entorno verde y fresco. A la entrada se encuentra un puesto acogedor d donde se puede tomar un rico Mote con Huesillos, tan refrescante para una tarde calurosa de septiembre. En el lugar del rodeo mismo nos encontramos con una fonda y varios puestos de venta, tanto de artículos de vestir huasos como alimentos para niños.

Llegamos a mitad de una serie de competencias. El rodeo tiene reglas difíciles de entender para un observador externo como yo así que me entretuve haciendo algunos bocetos rápidos de los jinetes, caballos y vaquillas en plena acción.

Luego fue a mirar los puestos de artículos huasos. Los colores y las formas me atrajeron. En simples puestos con techos de lona habían organizado estéticamente todos los artículos. Los sombreros los colgaron como un gran fondo de formas redondas, de colores ocres, cafés y grises. Planchas para guardar los sombreros, fustas, sogas, mantas, ponchos, botas, polainas, espuelas, cinturones, billeteras…todo armonizaba y se veía atractivo en ese puesto. Las mantas tejidas a telar donde prepondera el color rojo intenso son simplemente impactantes.



Huasos pasaban frente a mi, de las más diversas edades, con sus botas de tacón, sus espuelas, sus chaquetas o mantas, el rostro un tanto escondido bajo el sombrero…pasaban junto a mi curiosos de verme dibujar pero ninguno hizo ademán de acercarse a preguntar qué hacía…eso me extrañó. En Santiago cuando dibujo mucha gente se acerca….aqui en el campo no se acercó nadie. Me observaban de lejos…

Incluso cuando dibujé al huaso a caballo, estaban tres de ellos calmos, esperando a la entrada de la medialuna su turno de competencia. Los miraba intensamente, como miramos los dibujantes cuando captamos los detalles de los objetos a dibujar…pero nunca hicieron un ademán de acercarse, de preguntar o siquiera de hacer notar que sabían los dibujaba…

Ya había dibujado un huaso y su caballo, el rodeo en pleno y la tienda de artículos huasos y sentí me faltaba el color de los vestidos de las niñitas que paseaban junto a sus padres. Muy arregladas ellas, de zapatitos negros, calcetines blancos, pelo bien peinado ya sea en un moño o con una trencita de adorno…sus vestidos de flores y vuelos, en colores luminosos y románticos, la típica “Chinita” chilena. En este caso, “Lucila”, una chiquita de unos 10 años que resultó ser conocida de mi familia….ella, muy orgullosa de ser dibujada, puso su mejor pose para que yo la pintara….tuve que pedirle luego que se relajara, tan nerviosa estaba que no movía ni los ojos expectante. Exquisita y dulce niña.



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