Con vallas papales: dibujo del movimiento y la multitud



 El dibujo urbano siempre es un desafío, pero para muchos el de la figura humana en el contexto urbano es más difícil aun y más todavía si es en rápido movimiento. 

   El domingo 11 en Pucón estaba todo el mundo pendiente de los deportistas que competían en el Ironman 70.3, atentos a la velocidad, las bicicletas, el nado, la corrida.
Nosotros, en cambio, quietos en medio del movimiento y excitación colectiva, croquera en mano, ejercitando, eso sí, nuestro trazo, en un gran evento para "obligarnos a soltar la mano".

  El triatlón se realiza desde el año 86 en Pucón, y se ha convertido en una tradición de los veranos. Los días previos comienza a llegar gente de todo el mundo (mucho más que lo común de Pucón), y las calles se llenan. Esa mañana el pueblo estaba totalmente dividido en dos por el circuito de la competencia, estaba muy caluroso y había mucho ruido y gente concentrada en poco espacio. Básicamente Pucón se había convertido en un caos. Nosotros a las 9 en punto nos encontramos con Rita Perdigués y Felipe Castro y recorrimos algunas cuadras antes de ubicar un buen lugar. Recién instalados, los carabineros nos obligaron a salir y tuvimos que situarnos detrás de las vallas papales. Pese a esto, el lugar era bastante estratégico ya que ahí los corredores y corredoras tenían que dar la vuelta lo que nos permitía verlos de frente, espaldas y de lado. Pero también la gente estaba por todos lados, las calles estaban intervenidas con portales inflables gigantes, promotores, stands promocionales y conos; era como otra ciudad y todo eso queríamos plasmarlo en nuestro croquis. 

 
Recorriendo un poco las calles conocimos Roberto Rozas y Paloma, un abuelo con su nieta, de Concepción, que habían visto nuestros afiches y también se entusiasmaron con salir a dibujar -ojalá también que se puedan sumar a nuestra comunidad.  Después de casi dos horas recién pudimos encontrarnos con César Otarola uno de los integrantes del grupo, que había quedado "aislado" por la separación del circuito -que este año estaba especialmente estricta y obligaba a recorrer varias cuadras para encontrar un punto donde se permitiera cruzar- así que sólo habíamos hablado por teléfono para coordinarnos durante esas horas. Después de atravesar eso, fuimos cuatro. 

   La mañana fue bastante cansadora, pero muy motivante. El dibujo de figura humana en movimiento constante, multitudes, corredores a gran velocidad, seres humanos en bicicleta, todo fue un gran desafío. Varias croqueras ganaron también muchos bocetos e intentos inconclusos, pero así se va aprendiendo y mejorando la práctica del dibujo urbano. El error es parte de nuestro aprendizaje y lo bueno es poder disfrutar ese proceso, aprovechar cada momento y cada evento para sentir el placer de dibujar y de poder compartir lo que nos gusta hacer.

  Apenas nos tomamos la foto de rigor con nuestros mejores trabajos, nos dimos cuenta que queríamos más. De a poco vamos formando grupos para poder dibujar acompañados y aprender de los otros, ya se comienza a consolidar en Santiago, y ahora puede que sea la oportunidad de Pucón y sus alrededores. 
  ¿Quién ganó? Bueno, nos enteramos después que fueron Barbara Riveros, de Chile y Richie Cunningham, de Australia. 

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